viernes, 9 de octubre de 2015

Historia de la Literatura

La historia de la literatura comienza desde el mismo momento en que la raza humana es capaz de procesar una información y transmitirla a través del lenguaje. Los pueblos mal llamados primitivos comienzan a observar una serie de fenómenos naturales, como puede ser una tormenta de nieve o una sequía, el nacimiento de un nuevo integrante de la comunidad o la muerte de alguno de ellos, una enfermedad, o un rayo que parte un árbol consumiéndose rápidamente a causa del fuego que se propaga… El hombre comienza a establecer relaciones entre los fenómenos y a buscar explicaciones sobre los mismos… es el inicio de lo que hoy conocemos como mitos.

Como se ha visto la literatura ha sido desde sus orígenes un medio de pensamiento, de reflexión, una forma de responder a innumerables preguntas en torno al ser humano, a su entorno… y es además, el origen del pensamiento religioso de todas las culturas y pueblos. Yo diría que la literatura, aún sin proponérselo, siempre ha indagado sobre lo que no conoce y sobre lo que conoce. Es decir siempre ha sido una herramienta científica en cuanto al proceso cognitivo se refiere.

Ya se ha aludido al papel que jugaron los monjes en el medioevo, puesto que sin la labor acuciosa que emprendieron en la traducción de los clásicos y en la preservación de sus obras en las bibliotecas monacales, es muy posible que todo ese saber antiguo hubiese desaparecido por completo de la memoria de la humanidad. Pero como debe buscarse una época donde este proceso haya comenzado a ser de cierta forma deliberado, yo diría que no es sino hasta Miguel de Cervantes Saavedra, que la literatura comienza a dar vueltas sobre si misma. Se convierte en objeto de su propio estudio.
Con Miguel de Cervantes Saavedra y con la parodia que quiso realizar de las novelas de caballería la literatura surge como un nuevo mecanismo de estudio, de reflexión y de recreación literaria. El mismo Rabelais, con Gargantúa y Pantagruel, insigne relato escrito 50 años antes que El Quijote, hace una parodia de las novelas de caballería y de toda la tradición celta en torno a la leyenda del Rey Arturo, de Merlín y de Morgana.

Pero es en el siglo XIX con la aparición de la novela realista que la literatura comienza indagar sobre la sociedad, se cuestiona el rol de la cerrada sociedad decimonónica, sobre el papel de la mujer en el matrimonio (Madame Bovary y la infidelidad). Con el Romanticismo la literatura comienza a indagar sobre su papel histórico, y es consciente de los cambios que lidera. Al respecto Arnold Hauser escribe:

"Sin la conciencia histórica del Romanticismo, sin la constante problematización del presente, que domina el mundo mental del Renacimiento, hubiera sido inconcebible todo el historicismo del siglo XIX, y con él una de las revoluciones más profundas en la historia del espíritu. La imagen del mundo hasta el Romanticismo era fundamentalmente estática, parmenídea y ahistórica, a pesar de Heráclito y de los Sofistas, del nominalismo de la Escolástica y del Naturalismo del Renacimiento, de la dinámica de la economía capitalista y del progreso de las ciencias históricas en el siglo XVIII… Sólo a partir de la Revolución y del Romanticismo, comenzó la naturaleza del hombre y de la sociedad a ser sentida como esencialmente evolucionista y dinámica. La idea de que nosotros y nuestra cultura estamos en un eterno fluir y en una lucha interminable, la idea de que nuestra vida espiritual es un proceso y tiene un carácter vital transitorio, es un descubrimiento del Romanticismo y representa su contribución más importante a la filosofía del presente". 

Otro de los grandes aciertos del Romanticismo es el haber develado la existencia del "otro yo". Es aquí donde tiene lugar el desgarramiento del alma romántica: El ser humano comienza a realizar una introspección, una auto observación metódica, se considera a si mismo como un extraño, un forastero dentro de su propio cuerpo. Descubre que dentro de su cuerpo habitan dos almas, que muy dentro de él hay demonios, pero también jueces… en otras palabras se adelanta casi un siglo a la llegada del psicoanálisis. Esa búsqueda de lo irracional será amplia mente desarrollada por los poetas malditos y posteriormente con el expresionismo alemán, en cuanto a movimientos pictóricos se refiere.

Otro de los grandes aciertos del Romanticismo fue la renovación del lenguaje. En los siglos anteriores, especialmente en Francia, se había llegado a un rebuscamiento y amaneramiento total y absoluto en la utilización del lenguaje. La expresión se destacaba por ser excesivamente alambicada y poco o nada natural. Los románticos se abandonan a la fuerza y poder del lenguaje, se dejan dominar por él, lo cual es considerado como un alto signo de genio artístico. Es en esta fuente creadora del lenguaje donde se podrían encontrar los antecedentes de la escritura automática del surrealismo.
Para terminar esta reflexión etimológica sobre la literatura, diría que el Romanticismo contribuyó a la creación de un hombre y una mujer nuevos, que poco o nada tenían que ver con sus antecesores. Por otra parte no hay que olvidar que el Romanticismo es el primer movimiento eminentemente burgués. Es el triunfo absoluto de la burguesía sobre la aristocracia. Incluso para Goethe el ideal de vida es el burgués. 


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