La Arquitectura está más allá de los hechos utilitarios. La
Arquitectura es un hecho plástico. La Arquitectura es el juego sabio, correcto,
magnífico de los volúmenes bajo la luz. Su significado y su tarea no es sólo
reflejar la construcción y absorber una función, si por función se entiende la
de la utilidad pura y simple, la del confort y la elegancia práctica. Así fue
como Le Corbusier definió la Arquitectura.
Determinados edificios u otras construcciones son obras de
arte ya que pueden ser considerados primariamente en función de su forma o
estructura sensible o de su estética.
Aunque en la actualidad suele considerarse que la principal
actividad de la Arquitectura va dirigida al diseño de espacios para el refugio
y la habitación [las viviendas], sólo a partir del siglo XIX comenzaron los
arquitectos a preocuparse por el problema del alojamiento, la habitabilidad y
la higiene de las viviendas, y a ampliar su ámbito de actuación más allá de los
monumentos y edificios representativos.
La importancia de la Arquitectura en el siglo XX ha sido
enorme, pues su ejercicio fue responsable de no menos de la tercera parte de
los materiales acarreados por la humanidad en ese lapso. Durante este periodo,
no sólo se ha producido un gran aumento de población, con sus correspondientes
necesidades edificatorias [especialmente de viviendas], sino también
importantes movimientos de poblaciones, desde las zonas rurales a las urbanas
y, terminada la Guerra Fría, desde los países pobres a los países ricos.